lunes, 9 de febrero de 2009

El traje verde te hace gordo


Soterrada bajo un muro de expectación, escuchaba los latidos de mi amante tras el armario. Mi marido pistola en mano y yo con no más que un par de tirantes mal puestos. Ese estúpido cachirulo siempre con intención de menearla; me dolían los oídos de tan patéticos argumentos. De nuevo se giraba con esa ingenua sonrisa bobalicona, se sentaba en el borde de la cama y comenzaba a desvestirse. El hombre de la casa ha llegado; ya son dos pensé yo dirigiendo mi mirada hacia el armario. Tras despojarse de su último calcetín acercó su cara extremadamente feliz hacia la comisura de mis labios. Malandrín de tres al cuarto, deja la pistola en la mesa y dime algo ocurrente. Nada, tabla rasa. No más que un bigote, una pistola y un uniforme verde.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Virginia, ¿esto lo has escrito tú?

Manu

iepphesk dijo...

holaa manuelll sii lo escribí ayer por la tardee te gusta??? es para un concurso!!

Anónimo dijo...

'Chapó'
Parece un fragmento de una novela.

Hipoglúcido exórtico retrícentario dijo...

de una novela???????? y esoo?? oyee hazte un blogger y esc