sábado, 18 de octubre de 2008

Soportando generaciones de pequeños homicidas




El llanto de los crios produce una satisfacción en mi inigualable; una subida de poder que se condensa de forma impredecible tensando cada músculo de mi cara en una pícara sonrisa. Una vez más el hacer rabiar a estos mini demonios me llena de orgullo. Son rastreros e insoportables, dañinos a la vista, desde que adquieren conciencia son malvados imperturbables, embusteros codiciosos y ambiciosos. Rastreros a más no poder quejicas y caprichosos; de forma sorprendente consiguen lo que quieren, arrastran a cualquiera a sus propósitos haciéndoles caer en su trampa tramada tan meticulosamente que a penas te percatas de ello. De ninguna forma me harán creer estar en pleno control de mi, y si lo es será porque yo misma sigo el juego propuesto por ellos; yo les detesto como moscas molestas que utilizan cada recodo de sus energías en desesperar. Nunca me ataré a ellos así como jamás me relacionaré con ellos. Es una promesa, ellos..dios no se cayannnnnnnnn

6 comentarios:

Anónimo dijo...

no te kejes tanto k tu de pekeña eras asi o mas gritona y me vienen unos recuerdos un tanto vagos de mi infancia

Anónimo dijo...

Neas que te quede claro que no eres mi amigo

Anónimo dijo...

sure, why not!

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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